Etiqueta: Historias sobre la esperanza

Una colección de cuentos sobre la esperanza para niños de todas las edades. Lea y disfrute de estos cuentos sobre la esperanza que educarán y entretendrán a su hijo.

La pequeña cerillera

La pequeña cerillera

En una fría Nochevieja, en una bulliciosa ciudad cubierta de nieve, había una niña de ojos grandes y esperanzados vendiendo cerillas. Vagaba por las calles, con los pies fríos y el corazón deseando que alguien le comprara cerillas, pero la gente atareada pasaba de ella.

Cuando la noche se hizo más fría y las estrellas centellearon en lo alto, la niña, demasiado asustada para volver a casa sin vender cerillas, encendió una para mantenerse caliente. «¡Fizzz!» La cerilla se encendió y, a su brillante luz, tuvo la visión de una acogedora chimenea. Sintió un poco de calor y sonrió.

Encendió otra cerilla, y ¡oh! Vio un gran festín con deliciosos manjares. Su barriga gruñó, pero sus ojos brillaron de alegría. Cada cerilla que encendía le traía una visión mágica: un árbol de Navidad con luces centelleantes, y luego su querida abuela, amable y sonriente.

Con cada partido, el corazón de la niña se llenaba de alegría y calor. Se imaginaba celebrando el Año Nuevo con amor y risas, rodeada de confort y cuidados.

Al despuntar la primera mañana del Año Nuevo, la niña se encontró con una suave sonrisa, sus sueños la llevaban a un lugar donde ya no tenía frío ni hambre. La gente dice que se reunió con su abuela en una tierra de eterno calor y felicidad, donde cada Año Nuevo es alegre y brillante.

Moraleja: Incluso en tiempos difíciles, la esperanza y el amor pueden darnos calor y luz.

Una pequeña ayuda de Dios

Una pequeña ayuda de Dios

Tras un naufragio, un hombre que fue el único superviviente consiguió llegar a la orilla.

Pidió ayuda a Dios. Tras esperar demasiado a que Dios respondiera a sus plegarias, se construyó una cabaña para protegerse con trozos saboteados de un naufragio.

Pasaron pocos días, cada día pasaba mucho tiempo buscando comida y mirando al horizonte en busca de la ayuda de Dios.

Un día, cuando regresó de buscar comida, encontró su pequeña choza hecha cenizas.

Perdiendo toda esperanza, se sintió impotente y gritó furioso: «¿Por qué Dios? ¿Por qué nunca respondes a mis plegarias?».

Al cabo de unas horas, un barco llegó a la costa para rescatarlo. El hombre preguntó al capitán: «¿Cómo me has encontrado?». El capitán respondió: «Vimos su señal de humo pidiendo ayuda».

El hombre recuperó la fe en la voluntad de Dios.

Moraleja: No pierdas la esperanza porque te pasen cosas malas. Dios tiene su propia manera de trabajar.