Roble altivo
A los ojos del roble, era un árbol robusto. Pensó para sí: «Soy mucho más fuerte que estos débiles juncos. A diferencia de ellos, me mantengo solo en la tormenta, nunca me doblego a la voluntad del viento».
La misma noche en que la naturaleza hizo estragos, llegó una fuerte tormenta.
Por la mañana, los juncos encontraron el poderoso roble desarraigado. Dijeron: «Señor, estamos agradecidos de poder doblarnos y no rompernos».
Moraleja: El orgullo se lleva la caída.