Marcar una pequeña diferencia
Una vez, un anciano que paseaba por la playa vio a una chica que tiraba algo suavemente al mar.
Se acercó para preguntar a la señora qué estaba haciendo.
Me dijo: «Ha salido el sol y la marea está bajando. Si no ayudo a las estrellas de mar, morirán».
El hombre respondió: «¿Qué más da? Hay miles de ellos. No puedes salvarlos a todos. Tus esfuerzos serán en vano».
La niña respondió: «Quizá no pueda salvarlas a todas. Pero cada vida que salvo marca una gran diferencia».
Moraleja: incluso una sola vida salvada merece la pena.